Interesante esfuerzo hace el proyecto de modernización tributaria en materia de créditos por impuestos soportados en el exterior, en especial, al unificar el tope máximo en 35% para los países con y sin tratado vigente.
Llama la atención eso si la limitación que pretende introducir en relación a los impuestos aplicados en el exterior sobre rentas de fuente chilena. El proyecto apunta a que, tratándose de servicios prestados en Chille, solamente podrán acreditarse las retenciones sobre servicios calificados como exportación y siempre y cuando la empresa registre un determinado promedio de ingresos durante los últimos tres años. De esta manera, estarían quedando fuera de la posibilidad de acreditar, las empresas que superen dicho promedio o que presten servicios no calificados como exportación.
También resulta novedoso, y un tanto contradictorio con lo dicho respecto de los servicios, que se plantee otorgar crédito por el Impuesto Adicional chileno aplicado sobre rentas de fuente chilena. Pensando solamente en los impuestos, esta norma disminuiría los costos de aquellas empresas chilenas que fijen sus sociedades holding en terceros países.